domingo, 8 de mayo de 2011

Mi resumen de los clásicos

Casi un mes después de que empezara el primero de los cuatro Clásicos ya ha acabado el último. Y menos mal.

En cuanto a lo puramente deportivo, el Barcelona ha ganado un partido; el Real Madrid otro, en la prórroga; y ha habido dos empates. En cuatro partidos se han visto siete goles, dos de ellos de penalty. Y fútbol, lo que se dice fútbol, pues se ha visto muy poco.

La victoria del Real Madrid supuso la consecución 18 años después de la Copa del Rey, primer título en dos años, mientras que la victoria del Barcelona supuso pasar a la final de la Champions, segunda en tres años. Si el Barcelona consigue su cuarta Copa de Europa podrá decirse que ha sido el vencedor global de estos cuatro Clásicos. Si la pierde, únicamente habrá conseguido que el Real Madrid no gane dicha competición, por lo que deberá ser cada aficionado quien juzge qué prefiere: ganar la Copa del Rey al eterno rival o impedir que el rival gane la Champions.

El Barcelona llegaba a estos partidos no en el peor momento de la temporada, puesto que este equipazo no tiene momentos malos, sino en el momento menos bueno. Así como hace dos meses el equipo promediaba más de tres goles por partido en liga, en los últimos doce partidos de liga solo ha marcado más de dos goles, concretamente tres, en dos de ellos. Además, llegaba sin prácticamente media defensa: sin su lateral izquierdo, válido como central, y sin los dos laterales izquierdos suplentes, mientras que su central, Puyol, volvía tras más de dos meses sin jugar. La enorme polivalencia de Puyol, capaz de jugar de defensa central y en ambos laterales, así como el descubrimiento de Mascherano como central, permitieron olvidar las bajas en defensa.

Así como dije que para mí era clave en la eliminatoria la presumible ausencia de Puyol, ahora digo que su vuelta ha sido muy importante en el devenir de los resultados. No hay que olvidar que, casualidad o no, el único partido que ha perdido el Barcelona ha sido sin Puyol en el campo. Y que en dos de los tres goles que ha recibido el Barcelona en estos cuatro partidos Puyol no estaba en el campo.

Por el contrario, el Real Madrid llegaba, al menos así lo aseguraba la prensa madrileña, en el mejor estado de forma de la temporada. Benzemá comenzaba a ser el delantero del Lyon, Marcelo era un puñal por la banda izquierda, Di María volvía a ser el exlosivo extremo de principio de temporada... y del resto, pues qué se puede decir: Cristiano, Xabi Alonso, Özil... sobran las palabras.

Los partidos
Del Real Madrid, un nombre sobresale por encima de todos: Pepe. En una posición ajena a la suya, pero ya utilizada por la selección portugesa, Pepe dominó el centro del campo, no con su calidad, e hizo desaparecer a Messi en prácticamente todos los encuentros. Sin embargo, su exceso de intensidad provocó su expulsión en el partido de ida de Champions, permitiendo al Barcelona sentenciar la eliminatoria en el Bernabeú. Quien pudo haber sido el mejor jugador, o o al menos el más importante, en términos positivos, de la eliminatoria, se acabó convirtiendo en el más importante debido a su expulsión.

En cuanto al Barcelona, no puede decirse que haya sobresalido ningún jugador. Quizá Messi en los últimos 15 minutos de la ida, cuando marcó dos goles, el segundo de ellos de muy buena factura. La táctica ultradefensiva del Real Madrid impidió que se jugaran los partidos como le gusta al Barcelona, por lo que este no pudo hacer más que lo que mejor sabe hacer: tener la posesión del balón. Pero nada más que eso hizo. Y es que  dicho planteamiento provocó que el Barcelona se dedicara a tocar y tocar sin crear ocasiones de gol.

Debido a la táctica madridista, los partidos fueron en general muy aburridos. El Real Madrid jugó todos los partidos esperando en su propio campo al Barcelona, buscando un descuido del rival para poder lanzar un balón arriba y que alguno de sus velocísimos delanteros lo cazara y marcara un gol. El Barcelona, al ver los espacios cerrados, se dedicó a marear el balón. Y es que como dijo en su día Jorge Valdano, actual Director deportivo del Real Madrid, "jugar contra un equipo que se defiende es como hacer el amor con un árbol".

La tónica general fue de respeto mutuo entre los jugadores, conocedores de lo que estaba puesto en juego y de que el mínimo error podía ser letal, lo que también impidió que se generara espectáculo.

Culpable: Mourinho
Probablemente, el Real Madrid sea el segundo mejor equipo del mundo. Tiene al segundo mejor jugador del mundo y un potencial ofensivo inmeso, así como un fondo de armario del que carece el Barcelona. Es un equipo que, si bien no puede jugarle de tú a tú al Barcelona, sí podía haberle planteado un partido bastante más ofensivo que el que planteó Mourinho.
Sin embargo, para Mourinho pesó mucho el 5-0 de la ida de liga, y planteó los partidos de la forma ultradefensiva que se ha visto. Mientras, la prensa y  la afición (según la prensa) aplaudían sus decisiones y sus tácticas. "¡Qué ironía!" pensarán Pellegrini y Juande. Si ellos hubieran hecho lo mismo quizá el apoyo no hubiera sido tan unánime. No hay que olvidar la última etapa de Capello.

El caso es que el Real Madrid cambió su estilo para intentar ganar al Barcelona. ¿Táctica de equipo pequeño? De equipo inteligente, creo yo. Si para partidos puntuales (no durante toda una temporada) tengo que cambiar mi estilo y jugar de forma defensiva para intentar ganar, yo lo veo de equipo inteligente. Para eso está la táctica y la estrategia en el fútbol: no siempre se juega con el mismo esquema y los mismos jugadores. Otra cosa es jugar toda la temporada de forma defensiva, como ya lo hizo Capello, motivo por el que le echaron a pesar de ganar una liga.

El problema es cuando renuncias al ataque como lo hizo el Real Madrid. Cuando dejas en el banquillo todo tu potencial ofensivo (Benzemá, Higuaín, Adebayor...) menos a tu estrella y te dedicas a esperar en tu campo para intentar robarle el balón e iniciar un contragolpe. Cuando te olvidas de la calidad de tus jugadores. Cuando pones en el centro del campo a un jugador como Pepe, un excelente defensa, de los mejores del mundo, pero que en demasiadas ocasiones no mide bien las entradas. Cuando juegas con fuego, te acabas quemando, y en este caso, te quedas con diez jugadores. Cuando juegas con fuego, puedes perder 0 - 2 en tu campo, mostrando al mundo una posesión de un 28% en tu casa, sin tirar apenas a puerta, en la vuelta apenas tiró un par de veces en casa y dejando tu imagen por los suelos (no en vano, fue la primera vez en la historia en que el Real Madrid salió a empatar en casa en la ida de una semifinal de la Champions). Cuando juegas a ser el que menos se equivoca, en vez del que más acierta, lo más normal es que pierdas.

Luego la retórica del entrenador puede maquillar y justificar el resultado, convenciendo a los seguidores y a los medios de la injusticia de la derrota a pesar de que los tiros a puerta en toda la eliminatoria se contaban con los dedos de la mano. Y mientras que con otro entrenador la prensa y los aficionados habrían saltado sobre él, Mourinho consiguió unir a todos contra el mundo: UNICEF, la UEFA, los árbitros, los jugadores del Barcelona... Al final, él no es el culpable de nada. La culpa la tiene todo el mundo, que se ha unido en una conspiración contra él.

En muchas ocasiones los entrenadores y los jugadores subestiman a los rivales. En este caso, Mourinho subestimó a sus propios jugadores, que no están tan lejos del Barcelona como él piensa. Parafraseando a Mourinho, se abre un nuevo grupo de entrenadores: los que con un potencial enorme no creen en su equipo y juegan al empate a cero, subestimando no al rival, sino a sus propios jugadores.

Lo no deportivo
El ciclo de Clásicos ha estado marcado por las declaraciones y acciones de ambos clubes fuera de los terrenos de juego, así como por la actitud de los jugadores de uno y otro equipo dentro del terreno de juego.

Todo estalló en la previa del primer partido de Champions League. Tras irse calentando el partido previamente con insinuaciones por parte del Real Madrid de favores arbitrales al Barcelona, y acusaciones por parte de este equipo a los jugadores del Real Madrid de jugar muy duro en los partidos precedentes, Guardiola estalló en la rueda de prensa previa al partido.

Y fue a partir de ese momento, en los partidos de Champions, los más vistos por todo el mundo, cuando empezaron a manchar su imagen los dos equipos.

En primer lugar, Mourinho lanzó unas durísimas acusaciones contra la UEFA, además de minusvalorar los títulos europeos del Barcelona, diceindo que habían sido Champions que á él no le habría gustado ganar debido a los errores arbitrales cometidos a favor de este equipo. Obviamente, y para no variar en sus comentarios, se olvidó de las ayudas arbitrales que tuvo su Oporto en la semifinal contra el Deportivo en 2004, dos jugadores expulsados y un penalty en contra o del gol en fuera de juego del Inter el año pasado que propició la eliminación del Barcelona, entre otros. La memoria selectiva le hizo olvidarse de todo eso. Sus declaraciones, entre las más vergonzosas que he oído en mi vida.

El Barcelona, obviamente, anunció que al día siguiente se reuniría para decidir la conveniencia o no de una queja a la UEFA. Y fue con esta decisión con la que la imagen de los dos clubes quedó manchada y ensuciada. Y es que una vez la UEFA dijo que estudiaría las declaraciones de Mourinho y actuaría en consecuencia, el Barcelona envío una queja a la UEFA. EL Real Madrid contraatacó presentado una queja por la actitud antideportiva de varios jugadores del Barcelona, pidiendo por ejemplo dos partidos de sanción contra Busquets.

Y la preunta es, ¿qué ganaba el Barcelona presentando la queja una vez que la UEFA dijo que actuaría, más que echar leña al fuego? ¿qué ganaba el Real Madrid pidiendo una sanción a Busquets de dos partidos, que lo único que provocaría sería que este no pudiera jugar una final en la que el Real Madrid no estaría? Ninguno de los dos ganaba nada con sus quejas a la UEFA, pero aun así las enviaron.

Mención aparte merece también la actitud de los jugadores de uno y de otro equipo. La dureza con la que se emplearon los jugadores del Real Madrid quedó minimizada por la vergonzosa actuación de algunos jugadores del Barcelona, que fingían golpes en la cara cuando no se les había tocado. Para coronar su perversa actuación, Busquets fue pillado por las cámaras de televisión realizando comentarios racistas al jugador del Real Madrid Marcelo. ¿Qué pensará Alves, brasileño también, de eso?

La verdad es que tanto unos como otros han dado una imagen lamentable tanto dentro como fuera del campo de fútbol, entrando en una espiral de crispación y acusaciones que no ha beneficiado a nadie y ha perjudicado la imagen de tanto uno como otro.

Una pena que un hecho histórico como que se jugaran cuatro partidos en tres semanas, jugándose un título de Copa del Rey y el pase a la final de Champions League, así como sentenciar o dar vida a la Liga, en vez de servir para deleitar al aficionado con el buen fútbol que ambos equipos son capaces de desplegar, halla servido para avergonzar a todos los aficionados neutrales por la actitud de jugadores, entrenadores y directivos.

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