viernes, 15 de julio de 2011

Estambul

Inicio mi sección de viajes con un post que quería haber escrito hace meses, cuando volví de Estambul, pero que he ido dejando de lado poco a poco. Mi idea era escribir cómo había sido mi viaje por Estambul; y ahora que en apenas dos semanas voy a ir a Bélgica y Países Bajos, y en menos de dos meses voy a ir a Praga y a Budapest, he decidido escribirlo. Ya veremos si me animo a hacer otro diario de mis próximos viajes. Lo bueno es que este post sí que es muy probable que lo lea dentro de varios años, y me recuerde lo mucho que me gustó esta maravillosa ciudad.

Tengo que decir que uno de mis grandes aficiones es viajar, y, por diferentes motivos, apenas había podido viajar por España. Aunque España la tengo muy conocida, de Europa conocía muy poquito. Así que desde el año pasado he estado aprovechando todas las ocasiones posibles para escaparme unos días fuera.

Este post va a ser una especie de diario de viaje, acabando con unos consejos sobre mi experiencia en Estambul.

El viaje: motivo, compañía...
Tras haber ido con Carlos, un compañero de la universidad, cinco días a Noruega en Semana Santa de 2010, donde conocimos Oslo, Bergen, e hicimos una excursión en barco para ver un fiordo, decidimos repetir la experiencia de un viajecito en Semana Santa, aunque cambiando a un destino menos frío, decidiéndonos por Estambul. Además, esta vez, en vez hacer un viajecito a lo Brokeback Mountain, decidimos hacer un ménage à trois con Joseba, otro compañero de la universidad.

Día de llegada, domingo 17/04/2011: La noche de Estambul nos recibe lloviendo
Volamos a Estambul desde Bilbao haciendo escala en París con la compañía Air France, donde encontramos un vuelo bastante barato que además aterrizaba en el aeropuerto de Atatürk, el más cercano a la ciudad de los dos que tiene Estambul (uno está a media hora y otro a unas dos horas).

En el vuelo hacia Estambul, nos encontramos con la grandísima suerte de que nuestros asientos se encontraban, de casualidad, en lo que podría llamarse "primera clase", donde nos dan de cenar una cena relativamente buena para ser un avión. Aunque bueno, lo de primera clase nos afectó a Joseba y a mí;  a Carlos, que se sentaba en la fila de atrás, le aislaron de nosotros con una cortinilla (parece que su fila era la primera que ya no era "primera clase" y separaban las dos zonas con una cortinilla) y para cenar le sirvieron algo que él  denominó "pescado crudo".

Tras llegar con más de una hora de retraso y perder cierto tiempo en una cola equivocada (teníamos que visar el pasaporte, y no sabíamos que teníamos que hacer dos colas, una para pagar creo que 15 € por venir de España y otra para visar), conseguimos en Turquía.

Ahí nos estaba esperando un chofer del hotel, al que habíamos pagado 35 € para que nos viniera a recoger. Decidimos contratar al chófer ya que el taxi nos saldría poco más barato, y como íbamos a llegar tarde (salimos del aeropuerto sobre las doce de la noche) no queríamos perder más tiempo buscando un taxi, un bus o lo que fuera.

Tras media hora llegamos al hostal, el Sydney Hotel, donde habíamos alquilado una habitación para tres personas por 18 € la noche cada uno (en total, nos gastamos 90€ en alojamiento). La verdad es que no comenzamos muy bien en Estambul: el hostal tenía muy mala pinta, los cuatro trabajadores tenían una pinta un poco chunga (además, nos estafaron un euro, que vale, es un euro, pero es que fue la primera en la frente: no llevas ni una hora en Estambul y ya te han timado un euro, a ese ritmo...), llegamos de noche y lloviendo y la verdad es que los turcos no podían distinguirse por la hospitalidad (ninguna sonrisa, ningún "Bienvenido a Turquía" en el aeropuerto...).

Día 1, lunes 18/04/2011: Palacio Topkapi, Cisterna Basílica, Mezquita Azul y Mezquita de Suleiman
Nuestro primer día para hacer turismo en Estambul fue el lunes. Como Santa Sofía cerraba los lunes y el Palacio de Topkapi cerraba los martes, decidimos comenzar Estambul visitando el Palacio de Topkapi.

Así, nos dirigimos hacia el palacio, que teníamos a cinco minutos del hostal. Hay que decir que el hostal, que nos dio muy mala sensación al principio, al final resultó ser muy limpio, estar en una calle llena de restaurantes relativamente buenos y asequibles de precio, y a escasos cinco minutos de Santa Sofía, la Mezquita Azul y el Palacio Topkapi: mejor localizado, imposible.

Habíamos leído que podía haber mucha cola si se iba a media mañana, así que nos presentamos sobre las nueve y media de la mañana (habíamos ido previamente a cambiar dinero y comprar unos paraguas porque llovía un poco) y sacamos los tickets (20 liras turcas, unos 10 €) sin esperar cola alguna. En el palacio estuvimos viendo los jardines, los patios, los distintos edificios que había, y entramos por muchas salas, donde había diferentes exposiciones de joyas, tesoros y vestidos antiguos.

Hay que decir que yo soy muy de ver los edificios por fuera, y esto de los museos no me suele gustar mucho, y no me gusta emplear mucho tiempo en ver museos por dentro, así que para mí esas salas fueron un poco sin más. Sin embargo, los jardines, los patios interiores, o lugares como la Biblioteca de Ahmet III me gustaron bastante.

Al salir del palacio, fuimos al harén, para el que había que pagar 15 liras turcas (7,5 €). No tuvimos que esperar mucha tiempo, y dentro pudimos pasear, entre otros lugares, por el Patio de los eunucos negros.

Dos horas y media después, sobre las doce del mediodía, ya habíamos completado la visita del Palacio de Topkapi y del harén. En el palacio uno puede pasarse si lo desea una mañana, incluso más, nosotros veíamos las cosas a nuestro ritmo, así que en dos horas y media nos dio tiempo a verlo.

Fuera del recinto del palacio pudimos ver por fuera la iglesia de Santa Irene, que me pareció bastante bonita, aunque mis compañeros no quisieron entrar a verla, y, en las inmediaciones de Santa Sofía, vimos la Fuente de Ahmet III (que me gustó mucho, mis compañeros se reían) y recorrimos la callejuela de Soğukçeşme Sokağı.

Así, una vez visto el Palacio de Topkapi y su harén, y haber visto distintos monumentos "menores", nos dirigimos a la Cisterna Basílica, que se encuentra a apenas tres minutos del Palacio de Topkapi (en un radio de apenas cien metros se encuentra el Palacio Topkapi, la Cisterna Basílica, Santa Sofía y la Mezquita Azul, cuatro de los sitios imprescindibles de Estambul). No tuvimos que esperar mucha cola, así que en apenas cinco minutos, y tras pagar 10 liras, entramos. Me pareció un sitio bonito, característico de la ciudad, y distinto de lo que te pueden ofrecer otras ciudades. Más que espectacular, yo diría que es algo curioso, y, sin duda alguna, digno de ver.

Seguidamente decidimos ir a ver la Mezquita Azul. Hay que decir que es impresionante ver a la imponente Mezquita Azul frente a la no menos imponente Santa Sofía, distando apenas unas decenas de metros. Cuando llegamos nos dijeron que era horario de oración, así que dejamos la visita a la mezquita para después de comer. Mientras paseábamos por el Hipódromo, que se encuentra en las inmediaciones, pudimos oír los llamamientos de los imanes a la oración. Es realmente curioso ver cómo se responden de una mezquita a otra en las horas de oración. Es una de las cosas que más me gustó de Estambul, porque ese llamamiento a la oración es algo que no te ofrecen el resto de ciudades europeas (obviamente, esas ciudades también ofrecerán cosas que Estambul no las ofrece).

Después de comer, y tras esperar apenas 15 minutos de cola, pudimos entrar en la Mezquita Azul. Nos gustó mucho, aunque solo estuvimos dentro un poco más de 20 minutos. Esto quizás es un defecto nuestro, quizás no. Habrá mucha gente que no le guste esta forma de viajar, y que prefieran pasarse dos horas en la Mezquita Azul, otras dos horas en Santa Sofía... A nosotros nos basta con ese tiempo y de esa forma podíamos ver más cosas. Cuestión de gustos.

Seguidamente, nos dirigimos hacia el Gran Bazar, andando, cómo no. Hay que decir que pateamos muchísimo esos días. De camino al Gran Bazar pudimos pasar delante de distintos monumentos "menores", como la columna de Cemberlitas, o distintas mezquitas menos conocidas, como la de Atik Valide o la de Nuruosmaniye.

En el Gran Bazar no estuvimos mucho tiempo, porque visto que podíamos llegar andando en apenas veinte minutos decidimos que también volveríamos otro día para comprar los souvenirs. Así que hicimos simplemente una visita de inspección. Como curiosidad, vimos (ya me habían dicho que existía) varias tiendas de corsetería con el nombre de la empresa donde trabajo, lo que me pareció curioso.

Tras el Gran Bazar (donde hay gente que me ha dicho que se pasaría el día entero), nos dirigimos hacia la otra gran mezquita de la ciudad, la Mezquita de Suleiman. De camino, pasamos por delante de la Universidad, de la Plaza Beyazit y de la Mezquita Beyazit, entre otros lugares.

En la Mezquita de Suleiman nos pasó algo que me sorprendió: asistimos a la oración. Estábamos cansados y nos sentamos en el suelo para contemplar toda la mezquita, y de repente varios musulmanes se pusieron a orar. Me sorprendió porque pensaba que no se podía visitar las mezquitas en la hora de oración. Al llegar a Bilbao me explicaron que no se podía entrar, pero si estabas dentro no te echaban.

La experiencia me pareció muy bonita: tras todo el día pateando, nos sentamos durante casi una hora, contemplando el interior de la mezquita, y viendo algo tan lejano para nosotros como puede ser la oración musulmana. En un tres en uno, observamos una de las mezquitas más famosas de la ciudad, asistimos a la oración, y descansamos de la pateada de todo el día.

Me mosqueó un poco la mala educación de la gente, algo que ya había observado en el Palacio de Topkapi. A pesar de que se sabe que uno no puede hacer fotos a los musulmanes cuando rezan, había personas que les entraba por un oído y les salía por el otro (en el Palacio de Topkapi pude ver varias veces a los guardias de seguridad recordando a los turistas que en determinadas salas no se podían hacer fotos, pero muchos como si nada). Si no puedes hacer fotos, no las hagas, cojones. Mención aparte merecen los que se tumbaban en la mezquita durante la oración como si estuvieran en su cama, solo les faltaba la almohada...

Finalmente, nos dirigimos andando hacia la mezquita de los tulipanes, Laleli Camii, donde había una parada de tranvía, tranvía que cogimos para ir a nuestro hostal, donde llegamos sobre las seis y media de la tarde para descansar un rato antes de salir a cenar.

La valoración final del primer día fue que se había visto cuatro de los sitios que obligatoriamente hay que ver en Estambul, que al ser el primer día habíamos entrado en cuantas mezquitas pudimos, y que al tener al lado Santa Sofía y la Mezquita Azul hicimos en esa zona todas las fotos habidas y por haber, tanto de día como de noche.

Día 2, martes 19/04/2011: Santa Sofía, Bazar de las Especias, Torre de Gálata y distrito de Beyoğlu
Tras despertarnos el imán a las cinco de la mañana con la llamada a la oración, comenzamos el día con la visita a Santa Sofía. Tras esperar media hora de cola (hay que ir, al igual que al palacio Topkapi, a primera de la mañana),y pagar 20 liras (10 €) entramos. Impresionante. Sin duda, es el monumento que más me ha gustado en mi vida. Por dentro, por fuera, por todas partes. Me encantó. Si se tiene tiempo, recomiendo ver Santa Sofía el primer día de viaje, para luego verla también el último día.

Hora y cuarto después estábamos fuera. Nos dirigimos hacia el distrito de Beyoğlu, con la intención de subir a la Torre de Gálata y disfrutar de las mejores vistas de la ciudad. De camino, contemplamos el puente de Gálata, el estrecho del Bósforo, el Cuerno de Oro, y nos fotografiamos delante de la imponente Mezquita Nueva, en la que decidimos no entrar (el día anterior ya habíamos visto muchas mezquitas por dentro, pensamos en dejar la visita a más mezquitas para otro día) y de la vieja Estación de Sirkeci, donde llegaba el tren más famoso del mundo: el Orient Express.

Cerca del puente, detrás de la Mezquita Nueva, se encuentra el Bazar de las Especias, también llamado Bazar Egipcio. Entramos ahí, y, al igual que en el Gran Bazar, es como entrar en otro mundo distinto, como si estuvieras en un cuento de Las mil y una noches (igual me he pasado de cursi).

Tras pasar un cuarto de hora en el Bazar de las Especias (sabíamos que volveríamos) nos dirigimos hacia la Torre de Gálata, que encontramos con no pocas dificultades. De camino a la Torre de Gálata pasamos por el puente de Gálata donde pudimos ver a los típicos pescadores pescando con caña sobre en el Cuerno de Oro.

Desde la Torre de Gálata, tras esperar unos diez minutos de cola y pagar 10 liras (5 €),  pudimos observar las mejores vistas de la ciudad. Una pena que el día estuviera nublado. Al menos, nos consoló que no lloviera como el día anterior, así que algo pudimos ver. Pero ya sabíamos que lunes, martes y miércoles nos haría mal tiempo.

Al bajar de la Torre de Gálata decidimos conocer un poco el distrito de Beyoğlu. No es que tenga nada imprescindible, pero si se tiene tiempo, sí merece la pena dedicarle un rato para callejear un poco, y conocer al menos la famosa Avenida de Istiklal. Así, decidimos recorrer la Avenida de Istiklal hasta llegar a la plaza Taksim, lugar donde suelen acabar las manifestaciones en Estambul. De camino a la Plaza Taksim, recorriendo la avenida Istiklal, que se recorre en menos de una hora, nos íbamos desviando para ver los distintos edificios recomendados en la guía. Así, entre otros sitios, entramos en el Pera Hotel, que era el hotel donde se alojaban los huésped del Orient Express.

Cuando llegamos a la Plaza Taksim pudimos ver una cantidad enorme de antidisturbios. Lo que no se veía eran los "disturbios". Entramos en un restaurante, y pregunté el motivo de que hubiera tanta policía. La respuesta fue corta y clara: "PKK". Vamos, los kurdos, que no son muy bien recibidos por el gobierno turco. Bueno, y por ninguno de los gobiernos de los países limítrofes.

Al acabar de comer nos encontrábamos en la siguiente situación: en un día y medio habíamos visto la Mezquita Azul, Santa Sofía, el Palacio Topkapi, la Cisterna Basílica, la Mezquita de Suleiman, el Gran Bazar, el Bazar de las Especias (ambos muy por encima) y habíamos subido a la Torre de Gálata, amén de haber pasado por casi todos los sitios "menores" que recomendaba la guía en las zonas que recorríamos. Apenas nos quedaba San Salvador en Chora, el crucero en barco (que dejaríamos para el jueves, puesto que parecía que iba a hacer buen tiempo) y el Palacio de Dolmabahçe (no lo teníamos en mente más que ver por fuera, pero vista nuestra rapidez...).

En esa situación, decidimos ir callejeando hacia el Palacio de Dolmabahçe, con intención de hacer la visita guiada. Llegamos, y vimos una cola bastante grande. Tras unos 20 minutos esperando, una guía se nos acercó y nos dijo que seguramente no podríamos entrar, ya que las visitas eran de de 9:00 a 15:00, acababan a las 17:00 (o algo así), y que ya eran las 15:30 que no nos merecía la pena. Vamos, que hay que ir por la mañana si se quiere ver.

Así, decidimos dar una vuelta por los alrededores y descansamos una media hora tras ver por fuera el Palacio Ciragan y algún  que otro edifico o mezquita. Esta es una zona que está en lo que se puede llamar las afueras de la zona donde se encuentran las cosas para ver, y en muchas guías así te lo ponen. Tampoco es que sea una cosa imprescindible, pero bueno.

Como eran las cuatro de la tarde y no teníamos ninguna cosa importante que ver ese día (íbamos a dejar el Palacio de Dolmabahçe para el día siguiente y San Salvador en Chora para el jueves, pues cerraba los miércoles), decidimos coger un taxi e ir a la mezquita de Eyup, en la otra punta de Estambul, con el objetivo de al menos conocer un poco esa zona y callejearla.

Tras nuestro primer contacto como Dios manda con los taxis de Estambul, recorrido que grabé con la cámara (muy friki) nos bajamos en las cercanías de la mezquita de Eyup. Desgraciadamente no pudimos entrar ya que era hora de oración, y no íbamos a esperar dos horas o el tiempo que nos decían, ya que esa zona está bastante aparatada de todo y no podíamos hacer nada más que callejear por la zona, pero tampoco había mucho por hacer. Podíamos haber cogido un taxi y visitar el famoso Café de Pierre Loti, pero lo desechamos.

Al final, decidimos ir callejeando con la intención de entrar, si se podía, en la iglesia de San Salvador en Chora. No la encontramos y nos perdimos, así que decidimos bajar hacia el mar y recorrer andando la zona costera del Cuerno de Oro, pasando cerca de algunas iglesias como la de San Esteban de los Búlgaros. No vimos algunos sitios menores, como la Iglesia de Pammakaristos, la iglesia de Santa María de los Mongoles, o el Patriarcado ortodoxo griego. En nuestra guía decía que se encontraba en las afueras, y tampoco nos merecía mucho la pena. No me dio la sensación de haberme perdido algo por no verlo. Vimos, eso sí las murallas de Teodosio.

Finalmente, no me acuerdo si se puso a llover y cogimos un taxi, o volvimos a la misma estación de tranvía del día anterior. De cualquier forma, también andamos lo nuestro. Llegamos, al igual que el día anterior, sobre las seis y media al hotel. Descansamos un ratito y nos fuimos a cenar. Dada la cercanía del hotel, aprovechamos para pasar por enésima vez frente a Santa Sofía y la Mezquita Azul, y verlas de noche.

Día 3, miércoles 20/04/2011: Palacio de Dolmabahçe y Asia
Tras haber visto prácticamente todo lo que había que ver en Europa, nos dirigimos hacia el Palacio de Dolmabahçe, con la intención de hacer la visita guiada. Como he dicho, no entraba en nuestros planes, pero visto que el mal tiempo que hacía nos obligaba a dejar el barco para el día siguiente y que San Salvador en Chora cerraba los miércoles, nos decidimos por ir a verlo, máxime cuando este cierra los jueves. Así haríamos una visita más completa de Estambul que la que teníamos pensada.

Tras coger el tranvía cerca de Santa Sofía, nos presentamos en el Palaciode Dolmabahçe, donde llegamos un poco tarde, sobre las diez. Bajo una lluvia bastante importante tuvimos que esperar un buen rato de cola. Cuando todavía preveíamos que nos quedaría un buen rato de cola, una de las personas que custodiaba la cola pegó un grito y dijo algo como: "los que sean de grupos organizados, en esta cola (refiriéndose a la que hacía todo el mundo); los que vengan por libre, por aquí (señalando una zona donde no había nadie y donde quería formar una cola para los que fueran por libre)". Como se dice vulgarmente, se nos abrió el culo, y corrimos como si no hubiera un mañana hacia donde debía formarse una nueva cola.

En cuestión de diez minutos entramos en el Palacio, previo pago de 20 liras. Nos dijeron que no se podían sacar fotografías. Una pena, porque el palacio por dentro es impresionante. Fue un visita guiada en inglés que duró una hora, nos pasearon por muchas salas de palacio, muchas de ellas espectaculares. Pero lo mejor era la última sala: el Salón del Trono, espectacular, me encantó. El Palacio es de corte occidental, y eso puede no gustar tanto al visitante, aunque a mí me impresionó y lo recomendaría si se tiene tiempo, ya que a pesar de ser muy bonito, es muy europeo, y quien viaja a Estambul busca algo más exótico.

Por hacer un poco más completa la visita, también cogimos el ticket que permitía ver, también en visita guiada, esta vez de media hora, el harén del Palacio de Topkapi, incluido en las 20 liras (podías optar por ver solo el Palacio, creo que eran 15 liras). El harén estuvo bien, aunque no es imprescindible. Como habíamos visto casi todo lo importante entramos, y no me arrepiento, aunque no hipotecaría el ver otro sitio por ver el harén.

Cuando salimos, poco después de las doce y media,  ya no llovía, pero se veía el cielo bastante encapotado. Nos dirigimos hacia el muelle para coger uno de lo múltiples barcos que te llevan a Asia en apenas 10 minutos. A pesar de que no hay nada para ver, Asia es una visita obligada cuando uno va a Estambul, más que nada por el hecho de pisar otro continente. Estuvimos pateándolo durante unas cuatro o cinco horas, pasando por todas las mezquitas que te recomiendan de la zona, amén de otros lugares como el Cuartel de Selimiye. Callejeando, además, nos encontramos con un mercado. No era muy distinto a cualquiera de los que podríamos ver aquí, pero fue curioso.

La verdad es que la zona de Asia no tiene nada especialmente bonito, salvo que puedes ver desde más cerca la Torre de Leandro. Pero considero que es una visita obligada, más que nada por el hecho de ir a Asia, y creo que con dedicar una mañana o una tarde a pasear por Asia es más que suficiente. No lo hicimos, y me quedé con ganas, de ver un atardecer desde Asia, dicen que es impresionante.

Cuatro horas después, sobre las cinco de la tarde, volvimos a Europa, y estuvimos un rato en el Bazar de las Especias y en el Gran Bazar comprando souvenirs. En Asia vimos, por primera vez en Estambul, el sol. Por una vez, las previsiones meteorológicas habían acertado, y esta vez, a nuestro favor.

Esa noche, cenamos, como todas las noches, en uno de los muchos restaurantes que había en la calle de nuestro hostal, una calle que se encuentra bajando desde Santa Sofía hacia el mar de Mármara, y terminamos la noche tomando unas cervezas mientras veíamos el Madrid - Barcelona de la final de la Copa del Rey en otro de los muchos bares que había por la zona.

Día 4, jueves 21/04/2011: San Salvador en Chora, crucero por el Bósforo y baños turcos
Comenzamos el cuarto día con ya pocas cosas por hacer. Únicamente nos quedaba por ver San Salvador en Chora, y hacer el crucero en barco.

Así, en el primer día soleado de la semana, nos dirigimos a San Salvador en Chora, otro de los sitios recomendables de Estambul que, a diferencia del resto de lugares, se encuentra bastante apartado. Cogimos el tranvía y nos bajamos en la parada de Aksaray, y a partir de ahí fuimos caminando por una avenida bastante amplia, desviándonos cuando lo requería para ver distintos monumentos menos importantes, como el acueducto de Valens, entre otros. También nos detuvimos un rato en la mezquita de Fatih.

Tras pagar 15 liras, entramos en San Salvador en Chora. Es una iglesia pequeñita, con distintos mosaicos del siglo V, y, a pesar de que muchas guías la ponen como imprescindible, no me dio esa sensación. La verdad es que su lejanía, que no se pueda ir en tranvía o en metro, y las 15 liras de precio hacen que muchos no la cataloguen de impresionante. Supongo que el imprescindible de las guías es por la antigüedad y el valor artístico. No nos confundamos, me encantó, los mosaicos son impresionantes (a quien le guste el arte bizantino le encantará), si volviera a Estambul quería verla de nuevo, pero volvería a ver antes cualquiera de los otros lugares top.

Tras verla, decidimos ir a sacar un billete para hacer el crucero de tres horas. Tras regatear a un conductor, cogimos un taxi que nos llevó hasta la Mezquita Nueva. Bueno, hasta un poco antes, porque era tal el atasco que decidimos bajarnos y hacer los últimos metros andando.

Reservamos entrada en un barco que salía a las 14:30, así que nos fuimos a dar una vuelta, comer, y ver otra vez el Bazar de las Especias y la Mezquita Nueva. Llegamos al barco cuando quedaban 10-15 minutos para la salida. Craso error: los mejores sitios estaban ocupados. Tampoco es que fuera una cagada enorme, ya que luego estás andando y haciendo fotos, pero bueno, mejor tener un buen sitio cuando quieras sentarte, ¿no?

Podíamos haber escogido entre el crucero de 3tres horas o el de seis horas, que te lleva hasta el Mar Negro, y nos decidimos por el primero porque la mayoría de mis conocidos me había hablado de que con tres horas es más que suficiente. Y coincidí con ellos: con tres horas, e incluso con dos horas, me habría conformado. Bastante bonito, para ver Estambul desde una perspectiva un poco distinta. A pesar del buen tiempo que preveíamos que iba a hacer, nos llevamos ropa de abrigo, puesto que en el barco hace mucho viento.

Finalmente, nos dirigimos a unos baños turcos. Dudamos entre los baños de Cağaloğlu y el de Çemberlitaş, ya que en una guía recomendaban uno de ellos mientras que en la otra recomendaban el otro. Nos decidimos por los primeros, por elegir uno de los dos, no por otra cosa. Como curiosidad, ese baño aparece en el libro Los mil lugares que hay que ver antes de morir. Siempre he considerado que estas listas son un poco tontería, pero como curiosidad y como garantía de que al menos íbamos uno conocido, no estaba mal.

La verdad que el baño nos decepcionó un poco; quizá lo imaginábamos como en las películas: unas cuantas personas en una sala en la que apenas ves al de enfrente debido a la cantidad de vapor que hay. En realidad era una sala donde empezabas a sudar, y podías echarte agua caliente, fría... Existen varias tarifas, desde la más básica, que elegimos nosotros, hasta otras que alcanzaban los 100 €. Creo recordar que escogimos la opción básica, y costó unos 20 €.

Como curiosidad, y una vez que se ha visto todo en Estambul, sí recomiendo hacerlo, pero no haría eso antes de ver alguna cosa importante.

Finalmente, nos fuimos al hotel para descansar un rato antes de salir a cenar. Por la tarde, aprovechamos para conocer un poco la zona que hay entre Santa Sofía y el mar de Mármara, callejeando un poco y viendo la iglesia de San Sergio y San Baco y el Palacio Bucoleón.

Día de salida, viernes 22/04/2011
Como el avión nos salía sobre las doce, nos levantamos tranquilos y dimos un paseo por el Parque Gülhane. Acabado el paseo, cogimos un taxi hacia el aeropuerto. El taxista nos estafó un poco con el precio; Turquía nos saludó y nos despidió estafándonos.

Como curiosidad, en el aeropuerto tuve que pasar el control de las maletas antes de entrar en la terminal, supongo que por los atentados que hay en el país. También me parecieron curiosos los destinos y las compañías: mientras aquí la mayoría de destinos son Londres, París, Frankfurt..., ahí muchos destinos eran hacia ciudades de Arabia, Irán... al igual que las compañías aéreas, muy desconocidas para mí.

Finalmente, y tras una larga espera en el aeropuerto de París, llegamos a Bilbao sobre las nueve de la noche, muy contentos por haber conocido una ciudad tan maravillosa, y con la sensación de haber aprovechado muy el tiempo y haber visto todo lo imprescindible y la mayoría de las cosas menos imprescindibles.

Lo imprescindible de Estambul
Aquí enumero los que para mí son los lugares imprescindibles de Estambul, junto con el precio de la entrada, para hacerse una idea de cuánto hay que pagar por entrar en los sitios turísticos, así como algunas cosas que se pueden hacer. La conversión que hago es de que una lira turca equivale medio euro.
  • Santa Sofía: 10 €
  • Mezquita Azul: Gratis
  • Palacio Topkapi (y harén): 10 € (17.5 €)
  • Mezquita de Suleiman: Gratis
  • Cisterna Basílica: 7,5 €
  • Torre de Gálata: 5 €
  • San Salvador en Chora: 7.5 €
  • Gran Bazar: Gratis
  • Bazar de las Especias (Bazar Egipcio): Gratis
  • Palacio Dolmabahçe: 10 € (harén incluido)
  • Crucero en barco por el Bósforo: Depende del crucero elegido.
  • Callejeo por Asia
Como veis, ver las cosas imprescindibles de Estambul cuesta, en total 57.5 €. A eso habrá que sumar el crucero en barco, que dependerá del elegido. El resto de lugares para ver en Estambul son gratis. Obviamente, habrá que visitar Asia, pero el pasaje hacia Asia en barco no es nada caro. Hay que tener en cuenta, además, que Estambul es más barato que España a la hora de comer.

Guías
Cada maestrillo tiene su librillo. Las que más me gustan a mí son las guías visuales de El País Aguilar, me parecen completísimas. Además, al final de ellas te viene en varias páginas un callejero muy completo, si bien es verdad que puede ser un poco incómodo estar con la guía usándola como callejero. Estas guías cuestan unos 30 €.

A un precio más asequible están las guías Top 10 de El País Aguilar. Por 10 €, te dicen cuáles son las 10 cosas imprescindibles para ver, describiéndotelas, y luego explican en cada uno de los barrios de la ciudad los 10 sitios más importantes para ver, los 10 mejores restaurantes que hay, las 10 mejores iglesias, las 10 mejores....

Otras que me gustan, y no conocía, son unos planos guía de unos 10 € de Ediciones B, que dividen la ciudad en varios barrios, y en cada barrio tienen un callejero desplegable. Muy cómodas para ir por la ciudad con el plano, ya que tienes un plano pequeño, manejable y completo de cada barrio, pero no son recomendables para usarlas como guías para preparar el viaje. Me ha parecido ver algo similar en El País Aguilar, pero tenían peor pinta.

Consejos
Aquí pongo algunos consejos sobre mi experiencia en Estambul, que espero que pueda servir por si alguien quiere ir.
  • Santa Sofía, Palacio de Topkapi y Palacio de Dolmabahçe: Hay que ir a primera hora de la mañana, porque si no hay mucha cola (sobre todo en el Palacio de Dolmabahçe).
  • A la hora de planificar el viaje, hay que tener en cuenta que muchos sitios cierran días concretos de la semana (cuando yo fui, Santa Sofía los lunes, Palacio de Topkapi los martes, Palacio de Dolmabahçe lunes y jueves, San Salvador en Chora los miércoles...)
  • El crucero en barco es imprescindible. Hay uno de tres horas que te va hasta las afueras, y otro de seis que parece que te lleva hasta el Mar Negro. Este último lo recomendaría solo si se va a estar mucho tiempo en Estambul.
  • En el crucero en barco hay que llevar ropa de abrigo, hace mucho viento, incluso en verano.
  • Asia no tiene nada importante que ver, pero merece la pena callejear una mañana o una tarde por Asia, por el mero hecho de ir a otro continente.
  • El distrito de Beyoğlu no tiene mucho que ver salvo la Torre de Gálata; no obstante recomiendo dedicarle unas pocas horas a pasear por Istiklal Caddesi, ver las calles adyacentes...
  • Si se puede, recomiendo visitar una mezquita durante la oración (es decir, entrar justo antes de la oración). Si se hace eso, obviamente hay que ser respetuoso durante las horas de oración.
  • El Palacio Dolmabahçe ni llega a aparecer en algunas guías (otros lo recomiendan). A mí me encantó, lo volvería a ver, aunque reconozco que es algo menos "turco" que otros sitios para ver. Si se va, hay que ir muy pronto, hay muchísima cola.
  • No dejar de ver San Salvador en Chora porque esté lejos.
Y este es mi "resumen" de mi viaje a Estambul. A ver si me animo y hago otro del de Bélgica y Países Bajos y del de Praga y Budapest que voy a hacer en breve.