domingo, 19 de junio de 2011

¿Esquerra? ¿Republicana? de Catalunya

Tras los incidentes ocurridos esta semana en Catalunya, donde un numeroso grupo de personas, de los que se han desmarcado los indingados del 15-M, atacaron a los diputados del Parlamento de Catalunya, el ex presidente de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, ha cargado contra los indignados del 15-M, reclamando que se quejen únicamente en España, debido a que los carteles de sus consignas se han escrito únicamente en castellano.

Y es que cuando el sabio señala a la luna, el necio se fija en el dedo. Así, sus declaraciones no hacen sino recordarme una estrofa de Cuervo Ingenuo, una canción de Javier Krahe que ha cantado numerosas veces con Joaquín Sabina. Dicha canción, escrita en 1986, era una crítica a la política del PSOE en aquellos años, muy cercana a los Estados Unidos de Ronald Reagan y muy activa en favor de la entrada en la OTAN. Una de las estrofas de esa canción decía así:
Tú, mucho partido pero: ¿es socialista, es obrero? ¿o es español solamente?
Y esto es lo que se me ocurre al pensar en Carod-Rovira, ya que a pesar de que desde hace dos semanas ya no forma parte de Esquerra Republicana de Catalunya, cabe pensar que si ha permanecido 25 años en dicho partido sea porque se siente izquierdista y republicano, además de catalán. Y es que a él me gustaría preguntarle: "Tú, mucho partido pero, ¿es izquierdista, es republicano? ¿o es catalán solamente?". Desde fuera me da la sensación que preferiría una Cataluña independiente con un régimen ultracapitalista antes que una España o una Europa (incluída Cataluña) con gobiernos y políticas de verdadera izquierda, o que no le importaría una Cataluña independiente y monárquica.

Da verdadera pena escuchar esas críticas a los indignados del 15-M por parte de alguien que se autodenomina izquierdista. A toro pasado se les podrá criticar muchas cosas, como que podrían haberse organizado mejor, pero la mayoría de sus reclamaciones (modificar la ley electoral para eliminar el bipartidismo que perjudica claramente a los pequeños partidos izquierdistas como Izquierda Unida, acceso más factible a una vivienda digna, mejorar la sanidad pública, crítica a los bancos...) no han sido sino las reclamaciones que siempre ha hecho la izquierda. Por eso resulta curioso que alguien que se haga llamar izquierdista critique a los indignados... por escribir sus lemas en castellano.

Personalmente, tengo la sensación de que si los movimientos se hubieran realizado en Francia, Grecia o Mozambique, por citar tres países cualesquiera, Carod-Rovira hubiera estado muy de acuerdo con esos movimientos y habría aprovechado para criticar a la juventud española por no moverse; pero al ser la juventud española la que se mueve, critica el movimiento. Como comenté en esta entrada, primero se fija en quién ha hecho aquello sobre lo que hay que opinar, y en función de quién es, opina en una o en otra dirección.

Una pena lo de la clase política catalana, una de las comunidades donde los partidos de extrema derecha han sacado más concejales, donde los partidos de derecha presentan algunos candidatos propios de la extrema derecha, como el nuevo alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, y donde los partidos de izquierda, primero catalanes y después, muy a lo lejos, izquierdistas, muestran una xenofobia ante lo español que nada tiene que envidiar a la que la extrema derecha tiene hacia lo catalán o lo extranjero.

Resumiendo, si antes estaba bastante convencido de que Carod-Rovira era bastante más catalán que izquierdista, algo incompatible en quien se hace llamar izquierdista, poner delante la bandera de una nación antes que un modelo izquierdista, las críticas realizadas al movimiento del 15-M no hacen sino convencerme de que dicho político se siente únicamente catalán, y no es para nada de izquierdas.

sábado, 4 de junio de 2011

La legalidad de las ideas

Ayer, el Tribunal Supremo absolvió a cuatro neonazis a los que la Audiencia de Barcelona había impuesto penas de hasta tres años y medio de prisión "por difundir publicaciones que disculpaban el Holocausto, elogiaban el Tercer Reich y vertían opiniones favorables a la eliminación de los judíos y a la discriminación de colectivos como los negros o los homosexuales".

En contra de la tendencia de la mayoría de los países europeos, donde la sola expresión de dudas sobre la existencia o la magnitud del Holocausto está penada y contempla varios años de cárcel (Francia, Alemania...), el Tribunal afirma que la Constitución "no prohíbe las ideologías" y que "las ideas, como tales, no deben ser perseguidas penalmente por muy execrables que sean", afirmando que mientras la expresión de esas ideas no conlleven una apología de la violencia o de la incitación al odio no pueden ser perseguidas.

Con esta sentencia se entra en un terreno peligroso. Y es que no todas las ideas deberían ser legales, puesto que hay ideologías que están íntimamente ligadas con el odio y con la violencia hacia el diferente, y la velocidad de propagación de estas ideas en las personas y las consecuencias que esto puede tener son muy peligrosas.

Los que postulan que ninguna ideología debería perseguirse olvidan que el silencio y la aquiescencia ante, por ejemplo, las ideas que pululaban por Alemania en los años 30 ayudaron a que ocurriera una guerra mundial que provocó 60 millones de muertos y el mayor genocidio en 400 años, y, entre otras barbaries, una guerra civil en España que causó cientos de miles de muertos y una dictadura de 36 años.

Es muy fácil enarbolar la bandera de la libertad de expresión, un derecho prostituído por todos aquellos cuyas ideas se basan en un odio visceral a quienes no piensan o no son como ellos y que defiednen o justifican la violencia sobre otros colectivos. La libertad de expresión es un pilar fundamental de la Democracia, verdad, pero no todas las ideas pueden refugiarse bajo su paraguas; por muy fundamental que sea este derecho, cuando se pone en la balanza la libertad de expresión frente al derecho a la vida, siempre pesa más esta última.

Hay que combatir todas las ideologías que no sean sensibles con todos y cada uno de los derechos humanos y no ser cómplices con nuestro silencio de lo que en un futuro pueda ocurrir por la propagación de esas ideas. Parafraseando a Martin Luther King, "nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos."